La pandemia a partir de la COVID-19 ha transformado los modos de interacción humana en sus distintos ámbitos. El sector educativo, no ajeno a esta realidad, se ha visto en la necesidad de adaptarse a estas nuevas transformaciones con el fin de dar consecución a los procesos académicos. Así, entendido la educación como parte de un ecosistema dónde coexiste junto a la extensión y a la investigación, resulta imperativo conocer cómo esta última ha ido dando respuestas a estas nuevas necesidades, específicamente con un enfoque en el campo de la salud, para vislumbrar salidas efectivas al problema sanitario global. Entonces, a dos años de pandemia, ¿este asunto se convierte en una opción, o en una necesidad?